Daniel Gómez | Escritor Voluntario Club Potter
Hay que saber que la complejidad que implica poder entrar a una sala común, va a depender de la reputación de su casa. Ya seas Hufflepuff, Ravenclaw, Gryffindor o Slytherin afrontarás un desafío que regularmente alguien ajeno a tu casa no superaría, así que ¡vamos allá!
Sala común de Hufflepuff
Para acceder encontrarás una pila de barriles, donde el segundo barril contando desde abajo se abrirá dándote paso si logras golpear suavemente al ritmo de Helga Hufflepuff. Pero, por si llegas a tocar el barril equivocado o no mantienes el ritmo adecuado, vas recibir una buena ducha de vinagre que cae de uno de los otros barriles.
Sala común de Ravenclaw
Haciendo gala de la brillante intelectual de sus estudiantes, la entrada a la sala común de Ravenclaw supone un desafío, ya sea intelectual o filosófico, que para una mente ágil digna de Ravenclaw solo supondrá un interesante juego de entretenimiento, pero para aquellos ajenos a este don será un gran dolor de cabeza.
Salas comunes de Gryffindor y Slytherin
En teoría el reto que supone acceder a estas salas es muy similar, pero aún así no deja de ser un reto complicado, y más aún si tienes muy mala memoria, ya que para acceder debes recitar una contraseña, esta se cambia muy a menudo y es colocada en los bloques informativos de las salas . Como dato interesante, la vez que Harry y Ron entraron en la común de Slytherin, la contraseña en su momento era “sangre pura”.
J.K. Rowling cuenta que cuando empezó a planear la serie, pensaba que Harry iba a visitar todas las salas comunes, pero aun así no encontró una razón valida para que pudiera entrar en la sala de Hufflepuff.